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Que la alegría vuelva a ser nuestra

Dicen que con la pasión de un hincha no se juega. Hoy nos sentimos desilusionados con la temporada de nuestro equipo y la política de un club que, sin olvidar que es una empresa, para nosotros tiene alma y corazón.

No aspiramos a ser los más ricos de la liga. Lo que queremos es vivir una fiesta en cada partido y para eso hace falta algo el dinero no compra: ¡La afición!

Nos duele la realidad de esta UD Las Palmas. El mismo equipo que este 2018 que está apunto de concluir, nos ha roto los corazones al no dar la cara en muchos partidos en casa y fuera.

Nosotros, los hinchas, invertimos mucho más en nuestra pasión que lo que en muchas ocasiones podemos dar. Porque no escatimamos a dónde tenemos que desplazarnos, ni la manera de hacerlo para poder animar 90 minutos a nuestro equipo.

Dejamos atrás familia, amigos, trabajo y muchas cosas más para alentarte, recibirte, seguirte...

Es muy difícil para una afición ver desmoronarse sus sueños fin de semana tras fin de semana. Cada partido somos menos en las gradas y lo entiendo. Mi equipo no produce empatía, mi club está lejos y no contamos para nada desde hace años para quienes lo conducen.

Me dirijo a mi Unión Deportiva Las Palmas, a mi club amado, a los jugadores que se hicieron responsables de nuestras emociones. Les pido con el alma que recuerden siempre la razón por la cual estamos, los seguimos, disfrutando y sufriendo, pero estando!

Porque no se trata de puntos ni de posiciones, se trata de "jugar y dirigir como hinchas"... porque un club de fútbol sin la afición no es nada, porque somos los únicos insustituibles, porque somos los que siempre que nos necesite el escudo estaremos... porque el amor es más fuerte.

Es verdad que en el fútbol los hinchas tenemos que aprender a ganar, perder o empatar, pero nunca permitiremos que los jugadores dejen de luchar y en muchos momentos lo sentimos. Nadie dijo que ser hincha es fácil, pero tantos años en la cancha me enseñaron que el fútbol es un deporte de corazón, de garra y de huevos.

Como siempre digo: estuvimos, estamos y estaremos. Pero sigo soñando con un estadio lleno, con unos dirigentes cercanos y unos jugadores que dejen la vida en el campo.

Espero que este nuevo año venga lleno de alegrías. El fútbol no es solamente un juego, es una forma de vida, y la nuestra está pintada de amarillo. ¡Siempre Avante y feliz 2019!

Nota de Claudio para pasionamarilla.com

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